El viernes pasado fui a ver, por primera vez, una obra de teatro improvisacional. Los orígenes de este tipo de teatro se remontan a los siglos XVI y XVII, cuando los artistas de la Comedia del arte improvisaban en las calles de Italia. Se trata de un teatro que motiva a actuar. En el caso de “There is no box for me”, una obra original de Central Touring Theater (Minesota), se intentaba concienciar al público de los perjuicios y estereotipos que hay en nuestra sociedad, es decir, las cajas en las que nos colocamos. La verdad es que los jóvenes actores supieron encontrar la empatía de los asistentes mediante cuestiones de raza y de identidad sexual, entre otras cosas.
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