jueves, 27 de mayo de 2010

Las muchas caras de Alicia

Alicia siempre ha gozado de cierta popularidad entre los dibujantes de comics. Su descripción de mundos alternativos, sus pasajes con tipos comiendo hongos que provocan extrañas reacciones, su galería de chiflados, su universo subversivo en el que las figuras de autoridad son ridiculizadas... son muchos los elementos que facilitan su integración en la cultura de las viñetas. Fue asimilada por los autores underground y recientemente un creador tan heterodoxo como Bryan Talbot ha construido toda una reflexión sobre el lenguaje del comic alrededor de ella. Su Alice in Sunderland es un trabajo tan complejo y raro que hasta el momento ningún editor español se ha atrevido a publicarlo. Paciencia.

Ha habido otros acercamientos. Sin duda el más divertido fue el de Wally Wood con su Malice in Wonderland. También permanece casi inédito por aquí. Y digo casi ya que en 1985 Toutain publicó cuatro de sus páginas en su revista Ilustración+Comix Internacional nº 56, en un especial dedicado al comic erótico. Wood había dibujado la historieta en 1976 para National Screw, con la ayuda de Paul Kirchner. Tras su muerte apareció remontada en uno de los recopilatorios que la editora Barbara Friedman publicó con todo su material erótico, Gang Bang nº 3. Allí también se encuentra una muy burra parodia de El Mago de Oz (The Blizzard of Ooze) y de Flash Gordon (Flesh Fucker meets Women's Lib!), que culmina con la porculización del célebre héroe de Raymond a manos de su novia de toda la vida, provista del conveniente cachirulo. Luego Malice ha sido reeditada en varios recopilatorios posteriores.

Aunque Wood es conocido por trabajar con las editoriales más importantes, llevó siempre una doble vida como autor alternativo y abierto a nuevas aventuras creativas. Todos recordamos su participación en la mítica EC, con sus historietas bélicas y de ciencia ficción. También su paso por la Marvel, donde diseñó el actual uniforme de Daredevil. Y fue uno de los dibujantes de plantilla en Mad durante casi una década. Pero también publicó witzend (en minúsculas), considerado por muchos como la primera revista underground. Y tonteó con la pornografía.

Al principio eran chistes y parodias subidas de tono, que aparecían en revistas como Playboy y sus imitadores, Nugget, Gent o Cavalcade. Para esta última dibujó no pocas variaciones de cuentos infantiles, trasladados a los gustos de un público más adulto. Pero en el último tramo de su carrera, a mediados de los setenta, se vuelve más explícito.
 
Acepta encargos que presentaban una gran ventaja para él: le permitían quedarse con el copyright. Así que dibuja varias portadas con chistes verdes en el periódico de Al Goldstein Screw, sencillas, frescas y muy picantes. Y Malice in Wonderland, que se publica por entregas en la revista National Screw. No es una obra menor. Al contrario, resulta sexy y muy entretenida, sin duda uno de los mejores trabajos de Wood en este campo. Mantiene parte de la pícara ingenuidad que caracterizaba a su personaje Sally Forth, llevándola un paso más allá. 
 
Resulta pertinente recordar el comentario de su amigo el dibujante John Severin al respecto: “Pero incluso cuando Woody hacía esas cosas, no tenían ese aspecto sucio. ¿No es curioso? Era pornografía, tan asquerosa como podían serlo cualquiera de aquellas revistas, pero él podía dibujar esas cosas y salir tan fresco. Si lo hiciera cualquier otro lo habrían fusilado por ello”.

A Malice le pasa de todo, en un mundo poblado de objetos, animales y vegetales abiertamente sexualizados. Todos intentan tirársela y ella resiste comiendo hongos de fálico aspecto que tan pronto le hinchan las tetas como la convierten en gigante. En fin, un auténtico desparrame que, partiendo de las locuras de Carroll, las desplaza a un universo paralelo muy salido y subido de tono, servido todo ello con el dibujo infantil y de trazo amable de Wood.
 
Florentino Flórez

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