sábado, 2 de octubre de 2010

Un alto en los Abruzos

Un paisaje nevado. Una pequeña casita en medio de Suecia. Una pareja de amantes en su interior. Todo parece idílico, pero en el fondo no es así. Uno de ellos, no es quien dice ser. Realmente, es un sicario con un corazón tan frío como la nieve que les rodea. Así es como comienza El americano, el último trabajo de George Clooney, dirigido el famoso fotógrafo y director de videoclips Anton Corbjin.

Marcada como un thiller, El americano dista mucho de lo que hoy en día entendemos como cine de acción. Con ritmo pausado, el film se centra en Jack/ Mr. Buttelfly, un reputado asesino a sueldo que deberá esconderse en un pequeño pueblecito italiano, después de que su paso por Suecia no saliera como estaba previsto. Pero mientras disfruta de una existencia lejos de la muerte, otro encargo le es comunicado.



Con un desarrollo lento, a veces incluso demasiado, El americano desesperará a más de un espectador deseoso de acción y adrenalina. Sin embargo, lo único que encontrará será una historia marcada por la humanización de un personaje al que se le presupone falto de compasión o sentimientos, un asesino a sueldo. Clooney interpreta a ese solitario sicario, quien verá aún más azuzada su soledad en Castel del monte, un pueblo perdido en medio del Parco Nazionale del Gran Sasso e Monti della Laga, en plena región de los Abruzos. De esta manera, Corbjin incorpora el paisaje como un elemento dramático más dentro del film, con unas desiertas, a la vez que laberínticas, calles y el silencio que predomina en el ambiente.

Basada en la novela A very private gentlement de Martin Booth, la trama cuenta con varias pinceladas de western tradicional. Tanto es así, que comparte nombre con un western de 1955 protagonizado por el mítico Glenn Ford. Pero por otra parte, El americano nos recuerda también, en cierta medida, a la producción de Luc Besson, León, el profesional, protagonizada por Jean Reno, Gary Oldman y una jovencísima Natalie Portman. Pero si Besson copiaba el estilo “norteamericano” de película de acción, Corbjin realiza la suya con un corte más europeo y alternativo. Donde lo que realmente importa no son los disparos, sino desarrollo de los personajes y el suspense.

Pese a ello, el film cojea claramente en la parte argumental, con una trama muy lineal y con falta de intensidad. Una de las razones por las que el film puede resultar apático. Lo que si que está muy bien cuidado es la espléndida fotografía y el enorme partido que Corbjin saca del precioso paisaje italiano. Algo que no debería sorprendernos cuando el director es un prestigioso fotógrafo de fama internacional. La verdad es que la elegancia de los encuadres, junto con el minucioso tratamiento de la luz y los colores hacen que cada secuencia sea una delicia plástica. La cual viene acompañada de una buena banda sonora, lenta como el desarrollo del film, pero que encaja perfectamente con la escena.

Un reparto minimalista completa la película. Las canas más famosas de Hollywood, están acompañadas, en esta ocasión, por las bellezas de Violante Placido y Thekla Reuten, además del veterano Paolo Bonacelli y de Bruce Altman. Todos realizan un buen trabajo, aunque hay que resaltar al bueno de Clooney, quien logra una estupenda interpretación sobre la que recae casi todo el peso narrativo. Y es que tan solo la escultural Violante Placido logra eclipsarle en algún momento dando vida a un personaje latino y contradictorio.

Desgraciadamente, El americano deja una sensación agridulce al quedarse a medio camino de lo que podría haber sido una estupenda película. Sólo le habría faltado una vuelta de tuerca más a la historia y un ritmo un poco más ligero. Sin embargo, sus aproximadamente 100 minutos no se convierten en un aburrimiento supino, ya que logra que el espectador mantenga sus ojos fijos en la pantalla en todo momento. Todo ello la convierte en una clara alternativa al cine más convencional, aunque, seguramente, al final no logre hacerse muy popular entre el público.

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