Sherlock Holmes, nos sorprende con un magnífico comienzo acorde con un estupendo final, por lo menos en cuanto a lo que a créditos se refiere. Los cuales están perfectamente integrados con la acción. Se dibuja en los adoquines de unas lúgubres calles londinenses el logotipo de Warner Bros,
mediante un barrido y tras la pista, en este caso de las productoras, topamos con la Village Roadshow y fotogramas más tarde con la Silver Pictures. Iniciando así el camino a la acción que le sucederá. Ya desde el comienzo el ritmo es ágil. Estos integradísimos créditos son el preludio de lo que sucederá en los 135 minutos restantes. La cámara repta por los suelos, al igual que un sabueso olfatea las pistas, hasta que las encuentra, del mismo modo la cámara encuentra un logo tras otro, hasta que casi nos sentimos atropellados por la acción. Un carruaje casi nos pasa por encima a un ritmo acelerado y la cámara va tras él para llegar hasta los protagonistas.
Un estupendo atrezo, personajes muy bien caracterizados (siguen mejor la línea del comic que de la novela). En definitiva, una maravillosa puesta en escena. Se observa una falta de integración de los personajes y la recreación de esos estupendas panorámicas londinenses del siglo XIX digitalizadas, en el caso algunas escenas. Pero está con creces compensado por el ritmo y la acción de la cinta.
Y que mejor final, que acabar con unos maravillosos y artísticos créditos. Parten de una imagen congelada, todavía fresca en nuestra retina. Mediante una suave transición vemos como se va dibujando esa misma escena a tinta sobre pergamino. Es un verdadero deleite para los sentidos, ver cómo van apareciendo unas manchas de tinta que poco a poco van dibujando a la perfección la escena con los textos indicativos en forma de grabado de la época.
¡En definitiva un recomendable y emocionante viaje al pasado!
Mister ABG
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