El villano enamorado de la luna

Seguimos con el cine de animación, y en esta ocasión con la nueva película que está causando sensación,Gru, mi villano favorito. Se trata del primer largometraje de la compañía Illumination Entertainment, creada en 2007 por antiguo presidente de la 20th Century Fox Animation, Chris Meledandri y que cuenta con el guión del animador barcelonés Sergio Pablos. La obra ha sido producida por la Universal Pictures, en la cual todo el mundo se debe estar frotando las manos ya que Gru se ha convertido en toda una sorpresa en las taquillas estadounidenses. Y no es para menos, ya que desde su estreno el pasado 9 de julio, la cinta ha recaudado más de 200 millones de dólares. También en nuestros cines está arrasando, y ya le ha arrebatado el liderato a Híncame el diente.



El film nos cuenta la historia de Gru, uno de las mayores villanos del mundo, pero que, desgraciadamente, está pasando una mala racha. Para resarcirse de sus últimos fracasos, decide dar el mayor golpe que nadie pueda imaginar: robar la luna. Pero para poner en marcha su malévolo plan necesitará la ayuda de tres pequeñas huérfanas a las cuales tendrá que adoptar.

En las clásicas películas infantiles, siempre adivinamos enseguida quien es el bueno y quien es el malo. Los buenos son personas bondadosas y sin un ápice de maldad, mientras que los malos son personajes sin corazón ni compasión alguna. Sin embargo, con Gru todo este planteamiento se viene abajo. Sergio Pablos y compañía nos ofrecen un mundo mucho más complejo del que estamos acostumbrados a ver. En Spiderman 2 ya pudimos contemplar una soberbia humanización, y posterior redención, del villano de turno, pero tal vez faltaba adaptar esa idea al cine de animación, y sobre todo en el destinado a los más pequeños de la casa. De esta manera, los debutantes Pierre Coffin y Chris Renaud generan un personaje multifacético, el cual se verá inmerso en una crisis de personalidad tras cogerles cariño a esas tres niñas a las que ha introducido en su vida.

Pese a todo esto, la originalidad no es el fuerte del film que nos ocupa, ya que su trama es bastante convencional y, en ocasiones, con un humor bastante simplón. Otro factor negativo es la poca profundidad de la historia, la cual en muchos puntos, y sobre todo al principio con un Gru mucho más maquiavélico, se encuentra sumamente desaprovechada. Al mismo tiempo que se podía haber profundizado más en algunos otros personajes secundarios, los cuales resultan bastante planos y faltos de carácter.

El peso del film recae sobre los hombros de nuestro malvado protagonista, Gru. Un villano con un aspecto un tanto similar al del Doctor Maligno de Austion Powers y cuyo doblaje también recae en el showman Florentino Fernández. Gru mantiene una personalidad divertida como un tipo escéptico y sin una buena idea en la cabeza, pero al mismo tiempo no puede ocultar su lado más benévolo dando lugar a una personalidad dualista entre el malvado que debería ser y esa especia de antihéroe en el que se convierte. El resto de personajes se mantienen en sus puestos pero no logran acercarse al nivel del “villano” principal. Los únicos que le hacen sombra son los nimions, esos seres amarillos mezcla de los alienígenas de Toy Story y Domo-kun, los cuales conforman el ejercito privado de Gru, y que parece que han encandilado al mundo entero con sus gags, aunque nadie sepa de donde han salido.

En el apartado técnico, la película no tiene nada que envidiar a las producciones de Pixar o Dreamworks, ya que cuenta con unos buenos efectos 3D y una cuidada animación. También hay que destacar el trabajo de Pharrel Williams y Heitor Pereira, que junto con el incansable Hans Zimmer, realizan una buena banda sonora .

En definitiva, y pese a las luces y las sombras que imperan en el film, Gru, mi villano favorito es una buena cinta infantil, que divertirá a los más pequeños y no aburrirá a los mayores, aunque deje la sensación de estar demasiado desaprovechada en su plano argumental. De todos modos, se trata de una buena primera prueba de la compañía de Chris Meledandri, la cual puede llegar a darnos grandes alegrías en un futuro no muy lejano.