sábado, 11 de septiembre de 2010

Sorpresa en el tatami

Parece que los 80 siguen de moda en Hollywood, y como muestra el nuevo “remake” sobre un clásico de aquella época que ha llegado a nuestras pantallas. En esta ocasión se trata de la revisualización de la mítica The Karate Kid de John G. Avildsen. Algo que ha primera vista podría horrorizarnos con solo hecho de recordar los infames “remakes” a los que nos tienen acostumbrados los genios del cine últimamente. Pero he aquí cuando la sorpresa cuando descubrimos que la nueva visión del director noruego Harald Zwart se encuentra a la altura de la cinta original, algo que tampoco es que sea toda un proeza, que el antiguo film tenía su encanto pero no era ninguna obra maestra, dicho sea de paso.


Pocos son los cambios que se introducen respecto al The Karate Kid de 1984, ya el argumento y el desarrollo es prácticamente calcado. Solamente se trastocan algunos detalles para darle un mayor dramatismo a la acción. Ahora, el protagonista es un chico de 12 años que se traslada a China debido a un cambio en la carrera laboral de su madre. Allí deberá abordar el inmenso cambio cultural que le espera, además de aguantar el “bullying” al que se verá sometido por un grupo de mocosos pandilleros. Quizás lo más llamativo del asunto sea que nuestro pequeño héroe no aprenda karate con el objetivo de hacer frente a los mozalbetes que le acosan, sino kung-fu. Lo que no deja de ser cuanto menos anecdótico. Tampoco esperen ver la recordada escena del “dar cera, pulir cera”, ya que todo ello se sustituye por un ejercicio aún más simple como es el de “recoge y cuelga chaqueta”.


Dre Parker, que así se llama el “prota”, es interpretado por nada menos que Jaden Smith, el hijo de Will y Jada Pinkett Smith, quienes han pagado todas las facturas necesarias para poder ver a su pequeño interpretando el antiguo papel de Ralph Macchio. Y a su lado, el famoso Jackie Chan, quien intenta hacernos olvidar al entrañable Pat Morita.

Y la verdad es que esta apuesta les sale bien a los Smith, ya que una de las mayores virtudes del film es el buen trabajo que realizan sus protagonistas. Al joven Jaden se le nota a la legua de quien es hijo. Sus movimientos y expresiones delante de la cámara recuerdan a las de su padre, y dejan entrever que puede convertirse en un gran actor de seguir así. Por su parte, y pese a que la sombra de Morita es alargada, Jackie Chan mantiene el tipo logrando una bien conseguida interpretación dramática y aportando la química, tan necesaria en este tipo de películas, entre el maestro y el aprendiz.

En cuanto al director, el elegido por el matrimonio Smith fue el semidesconocido Harald Zwart, quien puede vanagloriarse de haber realizado grandes obras del séptimo arte como Superagente Cody Banks o La Pantera Rosa 2. Pero tal vez de ahora en adelante podamos respetarle un poco más gracias a la preciosa y exótica fotografía que nos ofrece de China, y al tono adulto que logra imprimir al film pese a que el protagonista aún no haya llegado a la pubertad.

Puede que a este nuevo The Karate Kid le sobre metraje, ya que la película rebasa las dos horas de duración. Pero a pesar de ello, la cinta no se hace demasiado pesada gracias a sus acertados gags cómicos y al ritmo que impone Zwart. Se trata de una producción que da mucho más de lo que “a priori” se puede esperar de ella, y a pesar de estar en lucha constante con la película original, el “Kung-fu kid” del clan Smith puede estar orgulloso de salir de una pieza del tatami al que se había subido.

1 comentario:

  1. Buen articulo Unai. Yo no he visto la peli todavia, sin embargo hara una semana estuve viendo el programa de El Hormiguero y Pablo Motos tenia como invitados a Jackie Chan y a los Smith. Me encanta el humor que tienen. A ver si voy pronto al cine.

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