sábado, 24 de julio de 2010

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado

Soy de los que piensan que al termino de la tercera entrega, Shrek ya era feliz. Estaba casado con Fiona, tenía tres pequeños retoños, no le faltaban buenos amigos y,lo más importante de todo, había vuelto a su amada ciénaga. Entonces, ¿para qué realizar la cuarta parte? Bueno, pues porque esta última película fue un verdadero desastre y ahora con Shrek: felices para siempre, “Dreamworks” ha querido finalizar la historia con un buen sabor de boca, al mismo tiempo que se le daba una “muerte digna” a la saga del ogro más famoso de la historia.

Tras el magnífico soplo de aire fresco que supuso el estreno de Shrek, allá por el 2001, y tras su irónica continuación, “Dreamworks” rizó el rizó y nos regaló la infausta Shrek tercero. Una soberana patochada que desmerecía todo el trabajo que se había realizado hasta el momento. Ahora, y tras ese mal trago, nos llega el capitulo final, la última aventura a la que tendrá que enfrentarse el bueno de Shrek antes de gozar de la feliz vida que le espera.

Sin embargo, Shrek: felices para siempre es un capitulo totalmente prescindible en la saga. No aporta nada nuevo. Y todos lo saben. Los productores lo saben. El director lo sabe. Los actores que prestan su voz a los diversos personajes del film lo saben. Incluso el propio Shrek lo sabe. Pero, al mismo tiempo, era necesario llevarla a cabo. La saga de Shrek no se merecía terminar de aquella funesta manera. Y sin que esta última parte sea nada del otro mundo, al menos es un punto y final bastante honroso.

Ahora, nuestro héroe verde favorito, con el permiso de Hulk, claro, goza de una vida monótona y hogareña con su querida familia. Shrek debería ser feliz, pero no lo es. En su interior vuelve a añorar su vida de ogro soltero. Tiempos en los que era temido y respetado, y no como ahora que le toman todos por “el pito de un sereno”. A todo esto, aparece un nuevo villano, Rumpelstiltskin, quien le ofrece la oportunidad de revivir la antigua vida que tanto anhela. Pero Shrek es engañado por el maléfico duende y transportado a un universo paralelo en el que tendrá que volver a conquistar el corazón de Fiona si quiere recuperar a su familia.

Shrek: felices para siempre no nos ofrece la originalidad de la primera, ni la mordacidad de la segunda, pero al menos nos engancha y nos divierte durante los 75 minutos aproximados que dura el largometraje. La verdad es que “Dreamworks” no ha querido arriesgar nada con este film, no vaya a ser que volviesen a meter la pata, y nos ofrece una historia facilona, con la única novedad de mostrarnos un mundo de cuento de hadas muy diferente al que habíamos visto hasta el momento. En esta ocasión, los clásicos personajes secundarios quedan un poco más apartados de lo habitual para dar entrada a un nuevo villano, Rumpelstiltskin, quien no deja de ser un buen antagonista, pero que no llega a la altura del Hada madrina o de Lord Farquaad. Por otra parte, el dúo cómico Shrek- Asno sigue funcionando, aunque con menos chispa que antes. Y pese a que siempre hay un gato con botas o un hombre de jengibre, grandioso en esta última entrega, para sacarles las castañas del fuego, Shrek 4 resulta un poco manida y repetitiva en ocasiones.

Con Shrek: felices para siempre, “Dreamworks” cierra una saga muy ventajosa que le ha proporcionado mucho, mucho dinero y fama. Pero todo cuento debe tener su final, aunque éste no sea más que un final clásico para un no tan clásico cuento de hadas. Sin embargo, y como dice un viejo refrán, “Hollywood no cierra una puerta, sin abrir una ventana”, así que los guionistas de la empresa americana ya están trabajando en el “Spin-off” que piensan hacer sobre uno de los personajes secundarios más famosos del reino de “Muy, muy lejano”, y no es otro que...(tachán, tachán) el gato con botas.

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